jueves, 25 de agosto de 2016

Octubre 12 del 2020

El doctor dijo que iba a estar bien, que era un milagro como había logrado sobrevivir a la bala, pero mi vida es lo que menos me importa ahora, hay solo una cosa en mi mente en este momento, Nicky. Le he ido a visitar cada día de la ultima semana, no ha habido ningún progreso, me culpo cien por ciento de lo que le paso, el dolor y la culpa esta inundando mi cuerpo, solo pienso en una cosa y es que yo soy la causa de su sufrimiento, he puesto a la persona que menos vale la pena sobre todas las otras, y ella es quien paga el precio, aun recuerdo la imagen de la batalla, el la hirió, el sabia que solo venia a ayudarme cuando el no quiso, pero aun así la hirió, por mi culpa, todo por mi culpa, lloro mientras lagrimas llenan mis ojos y caen por mis mejillas, recuerdo su cara joven, su pelo mono cuando todavía para ella no había guerra, lamento haber sido la causa de su dolor, no haber estado con ella en batalla, lloro mas y mas. Llega el doctor y me dice en el tono mas amable que se conoce, el tono que no merezco:
-Beth, debes reposar, no te debes seguir levantando y caminando hasta aquí sin supervisión, todavía te estas recuperando, si lo sigues haciendo me veré obligado a amrarrarte- decidí no pelear, el había hecho demasiado por mi como para causarle mas problemas, bese a mi hermana tiernamente en la mano y me fui.
Mientras me encontraba recostada en la cama, reviví el momento en mi mente, todavía no entendía como había sido tan estupida, toda la gente que me amaba, el futuro de la humanidad todo lo había dejado atrás, por alguien me había dejado a morir en medio de la guerra, y ahora El ya había llegado, no estuve ahí, no lo vi llegar, la promesa por la que me había mantenido en el colegio por dos años,la razón por la que mis amigos murieron, no la vi pasar, me la perdí por mi idiotez, lagrimas recorrieron mis mejillas.
Mire hacia abajo, mi collar, nunca perdió el hermoso polvo blanco del todo, era mas mucho duro de desaparecer de lo que fue hacerlo nacer, pero ahora estaba contaminado por el disgustante negro del polvo, del polvo que los caracteriza a ellos...ellos, me repetí, volverían a ser ellos, nunca mas los volvería a llamar nosotros. 
Suspire mientras miraba el collar, pensaba en Nicky, ella siempre había tenido una voluntad, mas fuerte que la mía, siempre pareció la mayor de las dos aunque no lo era. Pensé en cuando lo vería a El, como seria la persona en la que he basado mis esperanzas todo este tiempo, y entonces escuche una voz nueva para mi que provenía de la puerta del cuarto de hospital:
-Hola, Beth ¿puedo pasar?- mire de donde provenía la voz y el corazón me dio un vuelco, sin duda alguna, era EL.

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